Hay que aceptar que no son mujeres perfectas y que poseen tanto fortalezas como debilidades.
No es un tema fácil llenar expectativas y complacer todos los gustos. Hay que tener en cuenta que la esposa del pastor no puede vivir para cumplir las expectativas de los demás, si no la de Dios. Es una mujer como tantos otros creyentes en el señor.
La esposa del Pastor es esa mujer honrosa y valerosa especialmente elegida por Dios para ayudar a su esposo en el ministerio de la palabra a tiempo completo, es compañera, sostiene a su amado, nunca ausente y siempre firme, en los días soleados o en valle de sombra de muerte, ignorando las dificultades, su espíritu no envejece, permanece firme y fiel.
Ella deja de lado sus propios intereses, para seguir al llamado de Dios, ella ama, sufre, soporta, actúa, reacciona.
Ser la esposa del pastor es vivir momentos de gloria, aplausos de reconocimiento, es vivir momentos de desprecio, de críticas, de olvido, es sentir el dolor de la espina, es ver escurrir la sangre y continuar en el viaje… Ser esposa de pastor es sentir la responsabilidad, es hacer alegría de la alegría de su esposo y de la iglesia su propia felicidad, es escuchar a cada uno en sus ansiedades y no siempre tener a alguien para compartir sus necesidades, es cuidar, cocinar, limpiar, vestir, lavar, complacer y ser fuerte.
Es ser amiga, compañera, es tener el poder de influenciar el corazón del pastor para llevar una multitud a la salvación, es su deber ayudar al hombre de Dios. Ser la esposa del pastor es saber experimentar el gusto de la soledad, también implica no tener palabras en algunas situaciones, es prestar los oídos para desahogar el corazón de su amado, es actuar con dulzura y con firmeza e incluso con dureza impulsada por el amor. Ser esposa de pastor es más que ser mujer, es ser auxiliadora y hacer que el ministerio desarrolle y de frutos a través de sus oraciones.
Es bendecir a los que están a su alrededor, la esposa de pastor ama a Dios por encima de todas las cosas.
Tenemos debilidades y limitaciones, necesitamos mucho amor, comprensión, paciencia y oración para crecer más y seguir ayudando a otros y al fin de nuestra carrera podamos decir como el apóstol Pablo
"He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.
Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida?
Dios nos bendiga.
La esposa del Pastor es esa mujer honrosa y valerosa especialmente elegida por Dios para ayudar a su esposo en el ministerio de la palabra a tiempo completo, es compañera, sostiene a su amado, nunca ausente y siempre firme, en los días soleados o en valle de sombra de muerte, ignorando las dificultades, su espíritu no envejece, permanece firme y fiel.
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¿Que la hace tan especial?
Ser la esposa del pastor es vivir momentos de gloria, aplausos de reconocimiento, es vivir momentos de desprecio, de críticas, de olvido, es sentir el dolor de la espina, es ver escurrir la sangre y continuar en el viaje… Ser esposa de pastor es sentir la responsabilidad, es hacer alegría de la alegría de su esposo y de la iglesia su propia felicidad, es escuchar a cada uno en sus ansiedades y no siempre tener a alguien para compartir sus necesidades, es cuidar, cocinar, limpiar, vestir, lavar, complacer y ser fuerte.
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Es bendecir a los que están a su alrededor, la esposa de pastor ama a Dios por encima de todas las cosas.Tenemos debilidades y limitaciones, necesitamos mucho amor, comprensión, paciencia y oración para crecer más y seguir ayudando a otros y al fin de nuestra carrera podamos decir como el apóstol Pablo
"He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.
Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida?
Dios nos bendiga.
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